Por: Flavio Paredes Cruz
La sobria elegancia del inca acollarado, las formas únicas del pico de hoz, el fulgor batiente del estrella ecuatoriana. Colibrí, picaflor o quinde buscan el néctar y en su vuelo dejan percibir un componente divino, esa simbología trascendental para las culturas nativas de América. 200 aleteos y 1 200 latidos por segundo; su plumaje prismático, reflejo de intensidades; y uno -ser humano, simple mortal- que tiene apenas un instante para contemplar esa eternidad.
Esa maravillosa anatomía, ante la cual solo queda una sensación de paz y esperanza, es sujeto de la fotografía de Murray Cooper, sudafricano enamorado del Ecuador y de su vida silvestre. También lo han sido el resto de especies aviares que capta en imágenes para dejar que uno -ser humano, simple mortal- sea testigo del misterio llamado búho penachudo, de la timidez del pinzón tangara, de la terrible belleza del gavilán barreteado, de lo ancestral en la estampa del hoazín.
Esos retratos e imágenes de comportamiento, esas aves en su entorno natural han sido delicias a través de la lente de Cooper; además de documento ornitológico, estas imágenes son piezas de arte, donde prima la composición, la cromática y el azar.
Cooper, al ver que los libros de fotografía de pájaros no salían fácilmente desde el Ecuador, vislumbró otro modo de distribución. La idea se volcó hacia las nuevas tecnologías. Fue así que WorldWildZoom rompió el cascarón: una guía fotográfica de vida silvestre, en aplicación para iPad. Por ahora están las imágenes de los colibríes (‘Hummingbirds of Ecuador') y de otras aves del país (‘Birds of Ecuador'), pero ya se intuyen las próximas apariciones, una sobre bichos, otra de las Galápagos...
Disponibles en AppStore, las aplicaciones se componen de la colección de fotografías, información taxonómica, mapas con la ubicación para el avistamiento de las aves y un archivo sonoro con el trinar de estos emplumados amigos. 100 de las 134 especies de colibríes que habitan nuestro territorio están registradas en ‘Hummingbirds of Ecuador'; mientras que la otra plataforma exhibe a 350 especies y 76 familias en 1 440 imágenes.
Al ver la fotografía del ave afloran los argumentos para que ese aleteo multicolor no desaparezca del mundo. Como repitiéndose una de esas citas de agenda y calendario, Cooper suelta "solo conociendo algo puedes amarlo, y solamente así puedes conservarlo". Cursi, diría más de uno, pero no cuando estas palabras las dice alguien que ha bregado por la conservación de la diversidad natural del Ecuador. Para ello la descubrió y la conoce, ahora la comprende y la ama.
A futuro -proyecta- se destinará un porcentaje de las ganancias de WorldWildZoom a alguna fundación de conservación; por ahora las ventas son mínimas. En ese mismo plazo la aplicación no perderá vigencia, pues el sistema ofrece actualizaciones para descargar y así aumentar el archivo visual.
Las imágenes de Cooper ya han sido publicadas. Frente a mí reposan dos de sus libros: ‘Plumas, aves en Ecuador' y ‘Colibríes, seres mágicos de Ecuador'. Las fotografías que se muestran en esta versión para iPad son las mismas; más aún cuando una foto de vida silvestre no se puede retocar; es decir, son los cuadros, los colores, las situaciones captadas por Murray con su Nikon D2X (ahora usa una D3X).
Con ella se camufla entre la espesura del bosque, antes de la primera luz del día; adopta una posición y permanece así hasta el ocaso. Paciencia y perseverancia, para una práctica que conjuga aventura, ciencia y arte. Lo especial en la fotografía de Murray Cooper es que las imágenes son realizadas con luz natural (con excepción de las tomas nocturnas), algo que demuestra su sensibilidad y ética para con las aves y el oficio; y que, a la vez, resulta en composiciones íntimas, originales; destellos mágicos y atmósferas andinas o subtropicales que abrazan la vista.
Las caminatas largas de Murray ocurren en la madrugada, junto al enorme caudal de agua dulce que da nombre a la Amazonía, o en el nevado que vigila al páramo, o a través de las estribaciones occidentales de los Andes, esa topografía que ya prefigura a la Costa desde el tibio bosque lluvioso, hasta la zona seca.
Entre la lluvia y la geodesia aparecen los nidos, las alas y los picos... Pero ante la fotografía que muestra el aleteo, uno -ser humano, simple mortal- no puede sino quedarse abrumado y amar un poquito más la diversidad faunística de este país.
Ver artículo en Revista Familia
La sobria elegancia del inca acollarado, las formas únicas del pico de hoz, el fulgor batiente del estrella ecuatoriana. Colibrí, picaflor o quinde buscan el néctar y en su vuelo dejan percibir un componente divino, esa simbología trascendental para las culturas nativas de América. 200 aleteos y 1 200 latidos por segundo; su plumaje prismático, reflejo de intensidades; y uno -ser humano, simple mortal- que tiene apenas un instante para contemplar esa eternidad.
Esa maravillosa anatomía, ante la cual solo queda una sensación de paz y esperanza, es sujeto de la fotografía de Murray Cooper, sudafricano enamorado del Ecuador y de su vida silvestre. También lo han sido el resto de especies aviares que capta en imágenes para dejar que uno -ser humano, simple mortal- sea testigo del misterio llamado búho penachudo, de la timidez del pinzón tangara, de la terrible belleza del gavilán barreteado, de lo ancestral en la estampa del hoazín.
Esos retratos e imágenes de comportamiento, esas aves en su entorno natural han sido delicias a través de la lente de Cooper; además de documento ornitológico, estas imágenes son piezas de arte, donde prima la composición, la cromática y el azar.
Cooper, al ver que los libros de fotografía de pájaros no salían fácilmente desde el Ecuador, vislumbró otro modo de distribución. La idea se volcó hacia las nuevas tecnologías. Fue así que WorldWildZoom rompió el cascarón: una guía fotográfica de vida silvestre, en aplicación para iPad. Por ahora están las imágenes de los colibríes (‘Hummingbirds of Ecuador') y de otras aves del país (‘Birds of Ecuador'), pero ya se intuyen las próximas apariciones, una sobre bichos, otra de las Galápagos...
Disponibles en AppStore, las aplicaciones se componen de la colección de fotografías, información taxonómica, mapas con la ubicación para el avistamiento de las aves y un archivo sonoro con el trinar de estos emplumados amigos. 100 de las 134 especies de colibríes que habitan nuestro territorio están registradas en ‘Hummingbirds of Ecuador'; mientras que la otra plataforma exhibe a 350 especies y 76 familias en 1 440 imágenes.
Al ver la fotografía del ave afloran los argumentos para que ese aleteo multicolor no desaparezca del mundo. Como repitiéndose una de esas citas de agenda y calendario, Cooper suelta "solo conociendo algo puedes amarlo, y solamente así puedes conservarlo". Cursi, diría más de uno, pero no cuando estas palabras las dice alguien que ha bregado por la conservación de la diversidad natural del Ecuador. Para ello la descubrió y la conoce, ahora la comprende y la ama.
A futuro -proyecta- se destinará un porcentaje de las ganancias de WorldWildZoom a alguna fundación de conservación; por ahora las ventas son mínimas. En ese mismo plazo la aplicación no perderá vigencia, pues el sistema ofrece actualizaciones para descargar y así aumentar el archivo visual.
Las imágenes de Cooper ya han sido publicadas. Frente a mí reposan dos de sus libros: ‘Plumas, aves en Ecuador' y ‘Colibríes, seres mágicos de Ecuador'. Las fotografías que se muestran en esta versión para iPad son las mismas; más aún cuando una foto de vida silvestre no se puede retocar; es decir, son los cuadros, los colores, las situaciones captadas por Murray con su Nikon D2X (ahora usa una D3X).
Con ella se camufla entre la espesura del bosque, antes de la primera luz del día; adopta una posición y permanece así hasta el ocaso. Paciencia y perseverancia, para una práctica que conjuga aventura, ciencia y arte. Lo especial en la fotografía de Murray Cooper es que las imágenes son realizadas con luz natural (con excepción de las tomas nocturnas), algo que demuestra su sensibilidad y ética para con las aves y el oficio; y que, a la vez, resulta en composiciones íntimas, originales; destellos mágicos y atmósferas andinas o subtropicales que abrazan la vista.
Las caminatas largas de Murray ocurren en la madrugada, junto al enorme caudal de agua dulce que da nombre a la Amazonía, o en el nevado que vigila al páramo, o a través de las estribaciones occidentales de los Andes, esa topografía que ya prefigura a la Costa desde el tibio bosque lluvioso, hasta la zona seca.
Entre la lluvia y la geodesia aparecen los nidos, las alas y los picos... Pero ante la fotografía que muestra el aleteo, uno -ser humano, simple mortal- no puede sino quedarse abrumado y amar un poquito más la diversidad faunística de este país.
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